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Collage Creaciones Estéticas Estudio-taller GVSC

Collage del Estudio-taller sobre Géneros, Violencias y Subjetividades Contemporáneas a partir de obras de Agnolo Bronzino, Débora Arango, Claire Marie, Édouard Manet, Fabián Chairez, Hans Cranach, Hernán Bas, Valentín Serov.

CREACIONES ESTÉTICAS

​​​Desde el estudio-taller exploramos distintas apuestas estéticas que se han construido en relación con los géneros, violencias y las subjetividades contemporáneas. Recuperamos distintas creaciones artísticas, como la poesía, la pintura o la fotografía, y también producciones audiovisuales o performativas, con el fin de compartir diferentes registros sobre lo sensible.


Nos interesa la interconexión entre lo estético, lo político y lo subjetivo que se hace posible desde la crítica a la modernidad y a los relatos totalizadores o consensuales de la creación estética. En seguimiento a Rancière1 este énfasis involucraría a aquellas artes segregadas, a los micro-relatos que han sido desechados por los dicursos hegemónicos. Y con ello, la integración de los procesos de ruptura y reconstrucción de lo sensible -incluyendo la subjetivación estética-, así como los nuevos dispositivos de ficción y espacios de originalidad artística que van gestando pensamiento crítico.


En distintas ocasiones las apuestas estéticas se inscriben en contextos de articulación entre una práctica política transformadora y la emergencia de nuevas subjetividades que pueden brindar sostén a las reivindicaciones sociales y comunitarias que están construyendo. Una experiencia conocida al respecto es el movimiento zapatista, en México. Este retoma elementos de su propia cultura, gestando procesos de apropiación que son inclusivos para todas las personas. De esta manera, desde lo estético van construyendo un mundo donde quepan todos los mundos. Por tanto, los elementos como la espiritualidad, la relación con la tierra y “mandar obedeciendo” sintetizan sus coordenadas políticas, pero ubicándolas abajo y la izquierda2. Lo importante de esta experiencia es que se va gestando un desplazamiento donde el arte se torna colectivo y necesario, una forma de orientación en su propia praxis, pero también como manifestación cultural y educativa. De este modo, estas formas expresivas de lo sensible constituyen una forma de resistencia que interpela a los sujetos políticos, movilizando afectos y preceptos, configurando nuevas subjetividades sin las que ninguna movilización puede sostenerse.


Esta relación entre lo estético y la construcción de subjetividades se entreteje también en la dimensión de lo político. De acuerdo con Pérez Rubio3, el arte de vanguardia genera una ruptura con el arte moderno, creando una posibilidad de involucramiento del/a espectador/a que desdibuja las fronteras entre creador-experto y público-inexperto, desde su rol activo en la interpretación, manipulación o en su participación directa en la obra. De este modo, las prácticas buscan influir en las experiencias de las personas y movilizarlas para la consecución de sociedades más deliberativas e igualitarias.


Por otra parte, el arte es político porque supone el disenso, una confrontación con las particiones de la realidad sensible4. Esto lo dota de la capacidad de subversión, en tanto permite ampliar los sujetos, objetos y espacios susceptibles de debate. De este modo, se posibilita un arte comprometido, con capacidad de implicación de los sujetos en la construcción de nuevas fronteras de lo representable y de las posibilidades de existencia social.


Su valor político reside en el proceso mismo de creación y los modos en que se construyen formas de visibilidad y decibilidad. Por lo tanto, el arte tiene el potencial de generar producción de subjetividades alternativas, singularizadas, que permiten construir distintos modos de relacionamiento y de sensibilidad. Por tanto, posibilita la deconstrucción de estructuras de poder y relaciones de dominación que configuran sujetos acríticos, adaptables a los modos de vida capitalistas, patriarcales y normativos.

1Rancière, Jacques. Sobre políticas estéticas. Barcelona: Universidad Autónoma de Barcelona. 2005

2Hijar, Cristina. “Dimensión Estética y Acción Política En Los Movimientos Sociales. Apuntes Para Una Reflexión.” Question 1 (34): 29–36. 2012.

3Pérez Rubio, Ana María. “Arte y Política. Nuevas Experiencias Estéticas y Producción de Subjetividades.” Comunicación y Sociedad, no. 20. 2013.

4Rancière, Jacques. “Prólogo.” En La División de Lo Sensible. Estética y Política, Mesetas: 1–25. 2000.

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Anciana leyendo, 1959, por Boris Ivanovich Kopylov.

LITERATURA

GRAFÍAS DE LA MEMORIA

Presentamos una minuciosa selección de obras literarias que nos transportan a las complejas y sorprendentes experiencias del envejecimiento. Brindamos un énfasis especial a libros elaborados en América Latina, pero también están incluidos aquéllos extraordinarios, que provienen de otros confines. La recreación de los envejecimientos nos muestra cómo transitan por la jubilación y lo que viene después, las muertes de seres queridos, los avatares de los cuerpos y los deseos, la cotidianidad de la adultez mayor. También plantean el significado de los nuevos amores, de las amistades, la dignidad y la rebeldía, del legado a la siguiente generación, así como de la gratitud hacia quienes nos han acompañado en la vida.

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Portada del libro "Elogio de la vejez".

Elogio de la vejez (Mit der Reife wird man immer jünger) (1952)

Hermann Hesse (Alemania/Suiza)

Premio Nobel de Literatura (1946).

 

Este libro ofrece una recopilación de las consideraciones de Hesse sobre la vejez, esa etapa de la vida en la que las cosas y el entorno adquieren un agradable surrealismo, y en las que los recuerdos superan en veracidad a los acontecimientos reales. Para Hesse, que escribe con la perspectiva que dan los años, la vejez es ese tiempo de transición en el que, en busca de una especie de equilibrio ante los achaques del cuerpo, reactivamos «aquel tesoro en imágenes que llevamos en la memoria tras una vida larga, imágenes a las que, al reducir nuestra actividad, damos una dimensión muy diferente a la concedida hasta entonces. Personajes humanos, que ya no están sobre la Tierra, siguen viviendo en nosotros, nos pertenecen, nos proporcionan compañía y nos miran con ojos cargados de vida». 

 

Fragmento de la obra:

 

“Ahora sopla sobre mi cara una agradable brisa ligera, como la que sopla sobre las anémonas ondulantes, y mientras suscita en mí enjambres de recuerdos como una polvareda, el aviso del dolor y la caducidad resuena en mí desde la sangre hasta la conciencia. ¡Piedra del camino, era más fuerte que yo! Árbol de la pradera, me sobrevivirás, y quizás incluso tú, pequeña frambuesa, y hasta tal vez tú, anémona suavemente rosada.“

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Portada del libro "La tregua".

La tregua (1960)

Mario Benedetti (Uruguay)

XIX Premio Internacional Menéndez Pelayo (2005), Premio Morosoli de Oro (2006), Premio de las Letras del Fondo Cultural de la Alternativa Bolivariana para las Américas (2008), entre otros galardones.

 

Martín Santomé, viudo con tres hijos, en las vísperas de su jubilación comienza a registrar en un diario su vida gris y sin relieve. La vida cotidiana de la rutina en la oficina y la de un hogar desunido y crispado se verán alteradas cuando irrumpe en su rutina la joven Laura Avellaneda, su nueva empleada. Y este hombre, casi sin proponérselo, decide abrir en su vida un paréntesis luminoso. La soledad y la incomunicación, el amor y la sexualidad, la felicidad, la muerte y los problemas políticos son algunos de los temas que aparecen en la novela.

 

Fragmento de la obra:

 

Viernes 22 de febrero

“Cuando me jubile, creo que no escribiré más este diario, porque entonces me pasarán sin duda muchas menos cosas que ahora, y me va a resultar insoportable sentirme tan vacío y además dejar de ello una constancia escrita. Cuando me jubile, tal vez lo mejor sea abandonarme al ocio, a una especie de modorra compensatoria, a fin de que los nervios, los músculos, la energía se relajen de a poco y se acostumbren a bien morir. Pero no. Hay momentos en que tengo y mantengo la lujosa esperanza de que el ocio sea algo pleno, rico, la última oportunidad de encontrarme a mí mismo. Y eso sí valdría la pena anotarlo.”

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Portada del libro “Una muerte muy dulce”.

Una muerte muy dulce (Une mort très douce) (1964)

Simone De Beauvoir (Francia)

Premio Goncourt (1954), Premio Sonning (1983) y el Premio Austriaco de Literatura Europea (1978), entre otros galardones.

 

"No hay muerte natural: nada de lo que sucede al hombre es natural puesto que su sola presencia pone en cuestión al mundo. La muerte es un accidente, y aun si los hombres la conocen y la aceptan, es una violencia indebida." El padecimiento, la enfermedad y los días finales de la madre de la narradora, dan pie en esta obra a una profunda reflexión acerca de la naturaleza de la muerte y de los diversos modos de afrontarla.

 

Fragmento de la obra:

 

“Yo pensaba en todos aquellos que no pueden dirigir ese ruego a nadie: la angustia de sentirse un objeto indefenso, enteramente a merced de médicos indiferentes y enfermeras agotadas. Sin una mano en la frente cuando el dolor los tortura; sin una charla engañosa para colmar el silencio de la nada. […] Me imaginaba a mamá cegada por ese sol tenebroso que nadie puede mirar de frente: el horror de sus ojos desmesuradamente abiertos, con las pupilas dilatadas. Tuvo una muerte muy dulce, una muerte de privilegiada.”

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Portada del libro “La ceremonia del adiós”.

La ceremonia del adiós (La cérémomie des adieux) (1981)

Simone De Beauvoir (Francia)

 

Desde que se conocieron en la Sorbona en 1929, hasta la muerte del filósofo en abril de 1980, Simone de Beauvoir y Jean-Paul Sartre mantuvieron una estrecha unión, tanto intelectual como afectiva, caracterizada siempre por un constante diálogo y una profunda confianza. La ceremonia del adiós es el relato de los últimos años de esta vida en común, una crónica conmovedora y descarnada que no ahorra a las(os) lectoras(es) ninguna de las minucias del deterioro físico, ni la aceptación de la muerte. Aunando la crónica y el testimonio con la reflexión, el análisis de los sentimientos con la agudeza intelectual, De Beauvoir crea una de sus obras más emotiva y enriquecedora.

 

Fragmento de la obra:

 

“Había tenido vértigos en otras ocasiones. En el 68, saliendo del coche en la plaza Santa María de Trastevere, le flaquearon las piernas de tal suerte que Sylvie y yo tuvimos que sostenerlo. Sin dar mucha importancia al hecho, me había sorprendido, ¡no había bebido nada! Pero esos trastornos nunca habían sido tan acusados y adiviné su gravedad. Anoté en mi diario: «Este apartamento, tan alegre desde mi vuelta, ha cambiado de color. La hermosa moqueta color topo evoca un duelo. Así habrá que vivir, en el mejor de los casos todavía con dicha y con momentos de gozo, pero con la amenaza suspendida, como si la vida estuviera entre paréntesis». Al copiar estas líneas, me asombro. ¿De dónde me llegó este negro presentimiento?”

 

Extracto del libro

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Portada del libro “La sonrisa etrusca”.

La sonrisa etrusca (1985)

José Luis Sampedro (España)

Premio Nacional de las Letras Españolas (2011), Orden de las Artes y las Letras de España, (2011), Premio Internacional Menéndez Pelayo (2010), entre otros galardones.

 

Un viejo campesino calabrés llega a casa de sus hijos en Milán, para someterse a una revisión médica. Allí descubre su último afecto, una criatura en la que volcar toda su ternura: su nieto, que se llama Bruno, como a él le llaman sus camaradas partisanos. Y vive también su última pasión: el amor de una mujer que iluminará la etapa final de su vida concediéndole toda su plenitud. Sampedro nos muestra en esta obra su profundo conocimiento del ser humano y su envidiable inclinación hacia la ternura y la serenidad. Nos devuelve, con un estilo sobrio en ocasiones y en otras, divertido,  lo que de verdad importa: el amor, la entrega, la pasión y la muerte.

 

Fragmento de la obra:

 

“El viejo se sorprende a sí mismo estrujando contra su pecho el cuerpecillo cálido y, asustado, afloja el abrazo por temor a ahogarle, para volver a estrecharlo en el acto, no se le vaya a caer... este corderillo no tiembla, pero pesa como el Niño Jesús sobre San Cristóbal, uno de los pocos santos que le caen bien al viejo, porque era grande y fuerte y pasaba los ríos. De pronto el niño da una patadita contra el vientre del abuelo, llenándole de un pasmo supersticioso, porque es el punto justo donde le muerde la bicha. ¿También comprende eso el niño?”

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Portada del libro “Kafka en la orilla”.

Kafka en la orilla (海辺のカフカ) (2002)

Haruki Murakami (Japón)

Premio Princesa de Asturias (2023), Goodread Choice Award (2011), entre otros galardones.

 

Kafka Tamura se va de casa el día en que cumple quince años. Los motivos, si es que los hay, son las malas relaciones con su padre –un famoso escultor convencido de que su hijo repetirá el aciago sino del Edipo de la tragedia clásica– y la sensación de vacío producida por la ausencia de su madre y su hermana, que se marcharon también cuando él era muy pequeño. Si sobre la vida de Kafka se cierne la tragedia (en el sentido clásico), sobre la de Satoru Nakata ya se ha abatido: de niño, durante la segunda guerra mundial, sufrió un extraño accidente del que salió con secuelas, sumido en una especie de olvido de sí, con dificultades para comunicarse, salvo con los gatos. A los sesenta años abandona Tokio y emprende un viaje que le conducirá también a la biblioteca de Takamatsu. Así, las vidas y destinos de los personajes se van entretejiendo en un curso inexorable que no atiende a razones ni voluntades.

 

Fragmento de la obra:

“Buenos días -dijo el hombre de edad madura.

El gato alzó ligeramente la cabeza y respondió al saludo con voz

grave y aire de fatiga. Era un gato macho, grande y viejo, de color negro. –

Hace muy buen tiempo, ¿no le parece a usted?

Hum! -dijo el gato.

No se ve ni una nube en el cielo.

... De momento.

¿Cree acaso que va a empeorar?

Yo diría que al atardecer se estropeará. No sé, me da esa

impresión -comentó perezosamente el gato negro alargando una pata.

Después, entrecerrando los ojos, echó otra ojeada a la cara del hombre.

El hombre miraba sonriente al gato.

El gato dudó unos instantes. Luego dijo con un tono resignado:

Hum! Veo que sabes hablar.

Sí -dijo el hombre con timidez. Y, como muestra de respeto, se

quitó de la cabeza la raída gorra de alpinista-. No es que hable en

cualquier momento y con cualquier señor gato, pero, sí, puedo hacerme

entender más o menos.”

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Portada del libro "Arrugas".

Arrugas (2007)

Paco Roca (España)

Premio al mejor guión y mejor obra en el Salón del Cómic de Barcelona (2008), Premio Goya al mejor guión en 2012 de la versión al cine, entre otros galardones.

 

Novela gráfica que trata temas delicados, hasta ahora escasamente tratados en historieta, como son el Alzheimer y la demencia senil. Y lo hace de un modo intimista y sensible, con algunos apuntes de humor y con respeto. El aire de verosimilitud que se respira en el relato se ha visto propiciado por un cuidadoso trabajo de documentación. Roca comenzó a recopilar anécdotas de los padres y familiares ancianos de sus amigos y visitó residencias de ancianos para saber cómo era la vida en ellas, un material de primera mano que le ha servido para estructurar una consistente ficción. Emilio, un antiguo ejecutivo bancario, es internado en una residencia de ancianos por su familia, tras sufrir una nueva crisis de Alzheimer. En su pulso con la enfermedad para intentar mantener la memoria y evitar ser trasladado a la última planta, la de los impedidos, cuenta con la ayuda de Miguel, su compañero de habitación.

 

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Portada del libro "La respiración cavernaria".

La respiración cavernaria (2017)

Samanta Schweblin (Argentina)

Premio Juan Rulfo (2012), Premio de Narrativa Breve Rivera del Duero (2015) entre otros galardones.

 

Esta nouvelle está incluida en Siete casas vacías (2015) en la cual Schweblin nos hace transitar por terrores cotidianos de la vida diaria y expone aquellos miedos y traumas que cargamos y que muchas veces están ligados a la realidad de un otro. Saca provecho de aquellas situaciones que ocurren en toda familia pero que se deciden mantener en la oscuridad. El texto relata la vida de una pareja de personas mayores que conviven embriagados en rutina y atravesados por dos duras realidades: la enfermedad de Lola y una tragedia familiar a la que iremos accediendo conforme avancemos en la lectura. La protagonista del cuento es Lola, una anciana que pasa sus días llenando cajas vacías y chequeando la lista que guarda consigo. Un ciclo que se repite, como su olvido. Su senilidad va creciendo y la muerte se alarga. La fuga del tiempo se detiene para ella y la espera se hace insostenible, se tensa. Lola se obsesiona con la muerte, la quiere ya, pero esta le es esquiva.

 

Fragmento de la obra:

“A veces, su respiración se alteraba y necesitaba tomar más aire de lo normal. Entonces inhalaba todo lo que podía, y exhalaba con un sonido áspero y grave, tan extraño que nunca terminaría de asimilar como propio. Si caminaba a oscuras en la noche, de la cama al baño y del baño a la cama, el sonido le parecía el de un ser ancestral respirándole en la nuca. Nacía en las profundidades de sus pulmones y era el resultado de una necesidad física inevitable. Para disimularlo, Lola sumaba a la exhalación un silbido nostálgico, una melodía entre amarga y re-signada que había ido asentándose poco a poco en ella.”

 

Extracto del libro

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Portada del libro “Las noches todas”.

Las noches todas (2018)

Tomás González (Colombia)

Premio Nacional de Novela Plaza & Janés (1987).

Las noches todas es una preciosa novela de iniciación en el final de la vida. Su protagonista carga con la soberbia de aquel que se embarca en una empresa imposible, sólo para darle sentido al hecho de estar vivo. Y en el refugio que es su jardín, rodeado de personajes imborrables que lo ayudan o le impiden lograr su objetivo, se esfuerza por que allí no todo se convierta en caos y oscuridad. Gracias a su escritura extraordinaria, Tomás González retrata con exaltación contenida e intuiciones profundas el drama de un obstinado, que termina por reivindicar su propia humanidad. Su conflicto es a la vez hondo, conmovedor y liviano, y estremece como cuando se comprende la esencia de la vida y se admira con fascinación el movimiento de una pluma empujada por la fuerza del aire. 

Fragmento de la obra:

“Una vez por semana salía a recibir clases en un instituto de yoga, pues aceptaba que mi dificultad cada vez mayor para disfrutar de la compañía de mis semejantes me estaba convirtiendo en una persona demasiado solitaria, más solitaria que nadie que yo mismo conociera, pero no quería volverme, además, un anciano todo descuadernado, encorvado, gargajoso. No valieron las novelas ni los cuentos ni tampoco las lunas y las lluvias que daban su espectáculo en los cerros. Con el pasar de días y meses que se hicieron casi idénticos los unos a los otros se me fue agotando la alegría inicial por la jubilación y el silencio, y empecé a aburrirme.”

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Portada del libro “Las gratitudes".

Las gratitudes (Les gratitudes) (2019)

Delphine de Vigan (Francia)

Prix des libraires (2008), Premio Goncourt de los Estudiantes (2015), Premio Renaudot des lycéens (2015), Oficial de la Orden de las Artes y las Letras (2016), entre otros galardones.

Escrita con un estilo contenido, casi austero, esta narración a dos voces nos habla de la memoria, el pasado, el envejecimiento, las palabras, la bondad y la gratitud hacia aquellos que fueron importantes en nuestras vidas. Son las respectivas gratitudes las que unen a los tres inolvidables personajes cuyas historias se entrelazan en esta conmovedora y deslumbrante novela. Dos personajes -Marie y Jerome- se involucrarán en el último deseo de Michka: encontrar al matrimonio que, durante los años de la ocupación alemana, la salvó de morir en un campo de exterminio acogiéndola y ocultándola en su casa. Nunca les dio las gracias y ahora querría mostrarles su gratitud. Una bellísima novela sobre lo importante que es poder dar las gracias a aquellos que nos han ayudado en la vida.

Fragmento de la obra:

“Importar, deber. ¿Es así como se mide la gratitud? En realidad, ¿fui suficientemente agradecida? ¿Le mostré mi agradecimiento como se merecía? ¿Estuve a su lado cuando me necesitó, le hice compañía, fui constante? Me pongo a pensar en los últimos meses, en las últimas horas. En las conversaciones que tuvimos, en las sonrisas, en los silencios. Me vienen a la memoria los momentos compartidos. Otros los he olvidado. E invento los que me perdí.”

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Portada del libro "Baño de damas".

Baño de damas (2020)

Natalia Rozenblum (Argentina)

Mención en la Bienal de Arte Joven de Buenos Aires (2017).

¿Qué hay en los días de las personas que pasan la barrera de los setenta años?¿Qué pasa con el cuerpo, sus dimensiones y el goce erótico -que siempre incomodan- en la etapa de la vejez? Algunas de estas respuestas se encuentran en el interior de Baño de damas, que mira desde el cuerpo de estas edades y sus derechos, qué le pasa a una mujer y sus deseos. La novela ilumina con humor y sensibilidad las zonas grises del paso del tiempo, el vínculo con el cuerpo y la identidad femenina. Es una historia fresca y conmovedora sobre la amistad, el amor y el deseo en la vejez. La voz narradora logra un recorrido íntimo que transita tanto los costados de un cuerpo y su sexo, como el de sus sentimientos, celos y rechazos.

 

Fragmento de la obra:

“No era la primera vez desde que ella había quedado viuda que Marisa se aparecía de la nada y se quedaba unos días con cualquier excusa. Pero ahora era más frecuente y ni siquiera se tomaba la molestia de inventar algo. En lugar de hablar de sus cosas, Marisa repetía en voz alta que Ana Inés estaba mayor y que no era bueno que estuviera sola tanto tiempo. Ella la podía cuidar y ayudar con la casa. La noche anterior le había preparado la cena y el postre; la torta de manzana se correspondía con esa generosidad. Pero después se quedó viendo una serie y Ana Inés no pudo jugar en la computadora como a veces le gustaba hacer antes de dormir.”

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Portada del libro "Otras cosas por las que llorar".

Otras cosas por las que llorar (2021)

Luciana de Luca (Argentina)

Premio de Poesía de la Fundación Victoria Ocampo (2009), Premio Una Brecha, Concurso de Cuentos a la Calle (2019).

Carolina es una mujer mayor. Es ama de casa, está casada y tiene un solo hijo. Su cuerpo tiene las marcas del paso de los años dedicado a las tareas hogareñas. Su memoria empieza a ser frágil: acumula olvidos y confusiones. Está asustada. El médico le recomienda anotar. Papelitos por todos lados retienen esa memoria que se le escurre entre los dedos. El único lugar propio, que alimenta sus recuerdos, es el patio de la casa, lleno de macetas, un limonero y un árbol de paltas. Pero ese lugar también parece derrumbarse. Una exquisita reconstrucción de costumbres y vida cotidiana de un pueblo, en la que los mandatos arcaicos, venidos de las profundidades de una Italia campesina inmigrante, se reflejan en una existencia sofocada. Un soliloquio poderoso da palabra a una mujer que no encuentra cómo expresarse en el denso tejido de obligaciones y postergaciones que conforman su historia y su vida. Como la de tantas otras mujeres.

 

Fragmento de la obra:

“Haga listas, dijo, para no olvidarse el orden de las cosas: de los buenos modales, de la higiene personal, de la construcción de la sopa. Anote si se olvida, anote si duda, si tiene fantasmas sentados en el borde del ojo, si se le oscurece el ánimo y siente una tromba de olor a sangre que viene de adentro del cuerpo. Anote para aliviarse, para volver a ser buena, para que no se la coma el Pampero o la tormenta de arena que le envuelve la memoria. Anote, dijo, escribiendo él mismo en una receta, con su letra inentendible, las instrucciones para evitar el derrumbe, el desmigue. «Hágase escribiendo, ¿entiende? Ármese cada día. Vuelva a empezarse.”

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Portada del libro "Llévame a casa.".

Llévame a casa (2021)

Jesús Carrasco (España)

English Pen Award (RU), Prix Ulysee (FR), Premio Biblioteca Breve (2024), entre otros galardones.

Juan regresa desde Edimburgo al pueblo toledano de Cruces para asistir al entierro de su padre. Allí se encuentra con su hermana Isabel, que vive en Barcelona, quien le reprocha su desatención e indiferencia por sus padres ya mayores. La vida de Juan da un giro tremendo cuando conoce que su madre tiene Alzheimer y debe ocuparse de ella porque su hermana, por imperativo laboral, tiene que trasladarse a vivir por un tiempo a Estados Unidos. Poco a poco va asumiendo este cambio que le llevará a sus orígenes y restablecerá encuentros con Fermín, el que fuera su amigo o con Germán, la mano derecha de su padre en la carpintería. Esta es una novela familiar que refleja de forma brillante el conflicto de dos generaciones, la que luchó por salir adelante para transmitir un legado y la de sus hijos, que necesitan alejarse en busca de su propio lugar en el mundo.

Fragmento de la obra:

“Podría haber estado junto a su padre la noche en que murió pero, en cierto modo, Juan Álvarez prefirió no hacerlo. No es que eligiera estar lejos de él en ese momento crucial. Simplemente siguió con lo que tenía entre manos sin considerar urgentes los sucesivos avisos que su hermana Isabel le había ido enviando durante las semanas previas hasta que, llegado un momento, dejó de informarle. Juan, embriagado por los aromas de la turba fresca, interpretó aquel silencio como una señal de que las cosas iban mejor en lugar de lo contrario y siguió a lo suyo: cuidar de la colección de rododendros del jardín botánico de la ciudad de Edimburgo. Su padre en un hospital público de Toledo, separado del compañero de habitación por una endeble cortinilla de tela tiesa, y él, a dos mil cuatrocientos kilómetros al norte de su cama, recogiendo pétalos caídos sobre el suelo oscuro.”

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Portada del libro "Cien cuyes".

Cien cuyes (2023)

Gustavo Rodríguez (Perú)

Premio Alfaguara de Novela (2023).

Cuando Eufrasia Vela empieza a trabajar como cuidadora de ancianos, no sospecha que su oficio la llevará a una encrucijada existencial. La íntima relación que mantiene con entrañables personajes que se apoderan de su pensamiento y su cariño— la obliga a replantearse su papel de madre y hermana, las vicisitudes de la longevidad, las formas de la compasión y el sorpresivo valor que los cuyes, esos conejillos de Indias tan peculiares, adquieren en su presupuesto moral. Acompañada de una banda sonora donde resuenan el huayno, el jazz, la balada y el pop, la historia es una fuente de revelaciones sobre el sentido de la vida y de la muerte, cuando esta se aproxima. Cien cuyes es una novela tragicómica, situada en la Lima de hoy, que refleja uno de los grandes conflictos de nuestro tiempo: somos sociedades cada vez más longevas y cada vez más hostiles con la gente mayor.

Fragmento de la obra:

“Doña Carmen siempre había sido celosa con su autonomía, y no sin razón, porque valerse por sí mismos es el hito final que separa a los ancianos de los infantes, con la brutal diferencia de la tersura y los olores. Pasado cierto límite, que, según la persona, varía desde el digno uso de un bastón hasta la oprobiosa limpieza del culo, sobreviene el terror y, en el caso de doña Carmen, ese Rubicón corría entre blancas mayólicas. «Yo la baño, seño», le había dicho Eufrasia muchas veces y en todas ellas la anciana había querido mostrarse capacitada."

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Portada del libro "El cementerio de los cuentos sin contar".

El cementerio de los cuentos sin contar (2024)

Julia Álvarez (Estados Unidos/República Dominicana)

Premio al Autor Pura Belpré (2010)

 

“Para mí no es un chispazo el que da inicio a una novela, es más bien la tormenta perfecta de preguntas y reflexiones. Con El cementerio de los cuentos sin contar quería entender este nuevo paisaje al que me estoy adentrando, ahora que soy mayor [haciendo] una labor a la que me he dedicado toda una vida. Leo novelas para entender y hacer sentido de lo que está pasando en mi vida y lo que he descubierto es este tipo de prejuicio contra la gente mayor en las novelas. “Los viejos” son relegados al fondo, son personajes planos y sin ninguna función. Con mi nueva novela quise crear a una protagonista viable, compleja, una escritora anciana con la complicación añadida de que mi Alma es una artista hispana que ha llegado al final de su inspiración. ¿Qué pasará ahora? “(Fragmento de entrevista a Julia Álvarez)

 

Fragmento de la obra:

 

“Ambas sabemos -le recordó a su amiga- que no seremos libres hasta que pongamos en el papel nuestras historias. -Citó una frase que a menudo usaba para animar a sus estudiantes atascados en la escritura-: “Al sacar lo que tienen en su interior, eso mismo los salvará. Si no sacan de dentro lo que llevan en su interior, eso mismo los destruirá.”

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Fotograma de la SERIE“Navillera” (2021). Interpretación de Park In-hwan.

CINEMATOGRAFÍA

LAS IMÁGENES DE LA VIDA

Desde un potente interjuego de escenas visuales, presenciamos profundos y conmovedores contenidos sobre los procesos de envejecimiento.  Como si fuese un delicado recorrido por los tiempos vividos, los y las creadoras nos animan a viajar hacia la infancia y la juventud; al cariño y la solidaridad intergeneracional; al poder del amor filial y el de la amistad; a la entrega de las parejas ante la adversidad o la muerte; hacia la lucha por la autonomía y la libertad; la soledad, el miedo, la melancolía y la angustia de envejecer; a la potencia de la creación y de los sueños, a la búsqueda del placer. Todo ello sorteando las violencias, las injusticias, las desigualdades y el sufrimiento más profundo. Porque vivir no tiene edad.

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Poster de "Fresas salvajes".

Fresas salvajes (Smultronstället) (1957)

Dirección: Ingmar Bergman (Suecia)

Premio Oscar Mejor Guión Original, Globos de Oro, BAFTA y Festival Internacional de Berlín, premios a Mejor Película, entre otros galardones.

 

Sin lugar a dudas, una de las mejores películas de la historia del cine. El profesor Borg, un eminente médico, debe ir a la ciudad de Lund para recibir un homenaje de su universidad. Sobrecogido, tras un sueño en el que contempla su propio cadáver, decide emprender el viaje en coche con su nuera, que acaba de abandonar su casa, tras una discusión con su marido, que se niega a tener hijos. Durante el viaje se detiene en la casa donde pasaba las vacaciones cuando era niño, un lugar donde crecen las fresas salvajes y donde vivió su primer amor.

 

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Poster de "Madadayo".

Madadayo (まあだだよ) (1993)

Dirección: Akira Kurosawa (Japón)

17 Premios de la Academia Japonesa.

Tokio, 1943. El profesor Hyakken Uchida abandona su cátedra para dedicarse por completo a su carrera como escritor. Los desastres de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) hacen que pierda su casa y viva con su mujer en una barraca. Pero sus ex alumnos deciden construirle un nuevo hogar, al que se trasladará con su esposa. También se comprometen a celebrar cada cumpleaños del venerado maestro. Durante esas fiestas, juegan como niños y le preguntan al profesor: "Mahda-kai" -"¿Estás listo para irte al otro mundo?"-, a lo que él responde: "Madadayo" -"No, todavía no"-.

Trailer

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Poster de "La tregua".

La tregua (1974)

Dirección: Sergio Renán (Argentina)

Basada en la novela homónima de Mario Benedetti.

Nominación al Oscar a la mejor película extranjera.

 

Martín Santomé, un viudo con tres hijos, comienza a registrar en un diario íntimo la vida cotidiana y anodina de la oficina y las tensiones de su vida familiar. Un día, a punto de jubilarse, irrumpe en su vida la joven Laura Avellaneda, y Martín descubre que aún está vivo. Superados los temores que les infunde la gran diferencia de edad que hay entre ellos, se atreven a correr el riesgo de vivir una relación amorosa.

 

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Poster de "Una historia verdadera".

Una historia verdadera (1999) (The Straight Story)

Dirección: David Lynch (Estados Unidos)

Premios del Cine Europeo a Mejor Película no Europea, Premio Bodil a Mejor Película Estadounidense, entre otros galardones.

 

Alvin Straight es un achacoso anciano que vive en Iowa con una hija discapacitada. Además de sufrir un enfisema y pérdida de visión, tiene graves problemas de cadera que casi le impiden permanecer de pie. Cuando recibe la noticia de que su hermano Lyle, con el que está enemistado desde hace diez años, ha sufrido un infarto, a pesar de su precario estado de salud, decide ir a verlo a Wisconsin. Para ello tendrá que recorrer unos 500 kilómetros, y lo hace en el único medio de transporte del que dispone, una máquina cortacésped.

 

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Poster de "Lugares comunes".

Lugares comunes (2002)

Dirección: Adolfo Aristarain (Argentina)

Premio Goya al Mejor Guión Adaptado.

 

Fernando Robles es porteño, ya ha cumplido los sesenta y es profesor de pedagogía en la universidad. Lleva toda la vida casado con Lilian Roviera, española, quien trabaja como asistente social en barrios marginales de Buenos Aires. Se quieren, se respetan, son leales. Nunca se aburren estando juntos, les gusta estar solos. Ninguno de ellos concibe la vida sin el otro. Tienen un hijo, Pedro, casado y con dos hijos, que tiene un buen trabajo en Madrid. Pero el mundo plácido y reflexivo de Fernando se ve profundamente alterado cuando recibe sin previo aviso la comunicación oficial en la que le informan de su jubilación forzosa, un hecho que va a cambiarle la vida.

 

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Poster de "La tregua".

La tregua (2003)

Dirección: Alfonso Rosas Priego (México)

Basada en la novela homónima de Mario Benedetti.

Premio Ariel a Mejor Coactuación Femenina.

La ópera prima de Mario Hernández trata la historia de Ara y Edu, una pareja de amantes que llevan siéndolo durante una década. Comenzaron su relación cuando ella era una actriz y él un guionista (ambos principiantes) y sin mucha experiencia. Comienzan a salir al margen de sus relaciones oficiales donde siempre encuentran un momento para estar juntos.

 

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Poster de "Arrugas".

Arrugas (2011)

Dirección: Ignacio Ferreras (España)

Basada en la novela gráfica homónima de Paco Roca.

Premio Goya a la Mejor Película de Animación, Premio Goya al Mejor Guión Adaptado.

 

Emilio y Miguel, dos ancianos recluidos en un geriátrico se hacen amigos. Emilio, que padece un principio de Alzheimer, cuenta inmediatamente con la ayuda de Miguel y otros compañeros que tratarán de evitar que vaya a parar a la planta de los desahuciados. Su disparatado plan tiñe de humor y ternura el tedioso día a día de la residencia, pues para ellos acaba de empezar una nueva vida.

 

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Poster de "Amor".

Amor (Amour) (2012)

Dirección: Michael Haneke (Austria/Francia)

Palma de Oro, Premio César a Mejor Película, entre otros galardones.

 

Los maestros de música retirados Georges y Anne han pasado sus vidas dedicados a sus carreras y ellos mismos. Su relación enfrenta el desafío más grande cuando Anne sufre un derrame cerebral. A pesar de que Georges sufre los dolores y achaques de la vejez, valientemente ignora sus incomodidades para cuidar a su esposa, y está decidido a mantener su promesa para que ella no regrese al hospital.

 

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Poster de "Violeta al fin".

Violeta al fin (2017)

Dirección: Hilda Hidalgo (Costa Rica/México)

Festival de Málaga, Nominación Mejor Película.

 

Violeta es una mujer de 72 años que por primera vez en su vida vive sola, divorciada y con cada hijo en sus cosas. La visitan sus familiares, va a nadar, comparte con sus amigas. Quiere alquilar los cuartos sobrantes de la casa donde creció y abrir una pensión. A su primer inquilino, su profesor de natación, le dice, con radiante sonrisa, que él es solo el principio de muchas cosas. Cuando descubre que el banco le quiere quitar su casa, está dispuesta a romper todas las reglas para defender su hogar y su autonomía. “La noción que me interesa es que la vejez trae libertad, muy distinta a todas las nociones de vejez que nos rodean”, ha explicado Hidalgo en una entrevista. “Es abrumadora la insistencia en que la vejez es lo peor que nos va a pasar en la vida.”

 

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Poster de "Dolor y gloria".

Dolor y gloria (2019)

Dirección: Pedro Almodóvar (España)

Premios Goya a Mejor Película, Dirección y Guión, entre otros galardones.

La película narra la vida del cineasta Salvador Mallo, que vive en plena crisis existencial, emocional y física. El protagonista, acusado de diversas enfermedades y dolores, recuerda constantemente pasajes de su historia pasada, de su infancia, trayendo al presente historias de su niñez y también de su vida adulta. Esta película habla de un gran vacío ante la imposibilidad del director de poder rodar, también habla de despedidas que suceden en la vida pero también habla de creación y de cierta esperanza al final del proceso. Es una autobiografía del director manchego Pedro Almodóvar. A través de su alter ego Salvador, se expone no solo como artista, sino también como ser humano vulnerable, mostrando sus fortalezas, pero sobre todo reflejando sus fragilidades, su pudor, su vergüenza y una parte quizás muy desconocida de él, su miedo al dolor, a la soledad, al paso del tiempo y a la tan temida melancolía.

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Poster de "El agente topo".

El agente topo (2020)

Dirección: Maite Alberdi (Chile)

Premio Platino a la Mejor Película Documental, Premio Ariel a la Mejor Película Iberoamericana, entre otros galardones.

 

A Sergio le han ofrecido el trabajo de espía, después de un casting organizado por el detective Rómulo, un investigador privado que necesita a un topo creíble para infiltrarse en un hogar de jubilados. La hija de una residente, sospecha que su madre podría estar siendo maltratada, por lo que le contrata a Rómulo para descubrir qué es exactamente lo que está sucediendo en la residencia. Sin embargo, Sergio tiene 83 años y no es precisamente el agente 007, por lo que no le resulta nada fácil aprender a manejar la tecnología y la metodología de espionaje. Mientras trata de recolectar pruebas, entabla amistad con algunos de los jubilados y se da cuenta que la supuesta terrible verdad que buscaba no tiene absolutamente nada que ver con lo que tanto él como Rómulo habían sospechado.

 

Serie completa en Netflix

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Poster de "Navillera.

Navillera (나빌레라) (2021)

Dirección: Han Dong-hwa (Corea del Sur)

Basada en el Webtoon Like Butterfly de HUN y Ji-min.

Asia Contents Awards.

 

Esta hermosa serie sigue a Duk-chool, un adulto mayor de 70 años y cartero jubilado, que decide perseguir su sueño de aprender ballet, decisión que no agrada a su familia. En la academia de baile conoce al joven Lee Chae-rok, un bailarín de 23 años que se interesó por el ballet después de probar diferentes deportes, su madre era una bailarina de ballet, antes de morir de una enfermedad cuando él era pequeño. Chae-rok ha estado luchando económicamente y debido a esto, está pensando en dejar el ballet. Estos dos hombres de diferentes generaciones, que al parecer no tienen nada en común, gracias al ballet, sus historias se cruzan y aprenden el significado de la amistad y de los sueños.

 

Serie completa en Netflix

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Poster de "Cantando en las azoteas".

Cantando en las azoteas (2022)

Dirección: Enric Ribes (España)

Premios Gaudi, Premios Feroz.

 

Gilda Love (Eduardo), el último transformista del barrio chino de Barcelona, sobrevive con una mísera pensión mientras intenta seguir actuando en los escenarios. Sus prioridades se ven alteradas con la llegada a su vida de Chloe y de su madre, Hanna, con quienes tendrá la oportunidad de formar la familia que nunca ha tenido.

 

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Poster de "Mamacruz".

Mamacruz (2023)

Dirección: Patricia Ortega (España)

38 Premios Goya, Festival de Sundance, Premio del Jurado.

 

Cruz es una abuela que lleva muchos años, décadas ya, sin saber lo que es un orgasmo. Ella, devota de sus creencias religiosas, no le daba importancia ni tampoco se lo había planteado, hasta que un día navegando por internet, empieza a sentir de nuevo deseos y sensaciones que creía extinguidas. Pero, ¿cómo compaginar su religiosidad con este nuevo despertar sensual que ha llegado de pronto a su vida?

 

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Poster de "Echo of you".

Echo of you (Ekko af kærlighed) (2023)

Dirección: Zara Zerny (Dinamarca)

Festival Internacional de Cine de Reus, Amsterdam International Documentary Film Festival.  

 

Cuando René, de 86 años, compra flores, siempre piensa de qué color las habría elegido su esposa, si todavía estuviera viva. La mayoría de las personas en esta película han pasado más tiempo con su pareja que sin ella. A través de entrevistas, hombres y mujeres daneses, todos ellos de 80 años o más, con conmovedora honestidad, comparten sus pensamientos sobre sus parejas, la desesperación de perderlas y las formas en que la vida continúa. El documental une con ternura sus voces como si fueran un coro, entrelazándolas con imágenes abstractas y oníricas, música e interpretaciones artísticas de sus vidas.

 

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Poster de "La vida es sueño".

La vida es sueño (2024)

Dirección: Maite Alberdi y Cristián Leighton (Chile)

 

Serie documental sobre los desafíos de la tercera edad en Chile. Mujeres y hombres dispuestos a enfrentar el mundo para intentar superar los obstáculos que nuestra sociedad les presenta. Ante la evidencia del progresivo envejecimiento de la población en todo el mundo y la consiguiente necesidad de reconocer las problemáticas que representa, la propuesta consiste en la realización de escenas -a través de seis episodios-, sobre realidades cruciales, diversas y sensibles que afectan a las personas mayores, abordando conflictos que finalmente nos involucran a todos como parte de una misma sociedad.

 

Serie disponible en Netflix

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Poster de "Memorias de un cuerpo que arde.

Memorias de un cuerpo que arde (2024)

Dirección: Antonella Sudasassi (Costa Rica)

Festival Internacional de Cine de Berlín. Premio Panorama del Público al Mejor Largometraje, CRFIC9 Mención Especial del Jurado.

 

Ana (68), Patricia (69) y Mayela (71) nunca hablaron de sexualidad con sus madres o hermanas, tampoco con sus hijas y nietas. Fueron descubriendo a punta de imposiciones lo que significaba ser mujer. Tras una niñez y juventud llenas de aventuras, pero también de represión y violencia, hoy pasados sus 65 años, se atreven a revelar sus secretos más íntimos. Esta producción es una narrativa original, que toma vivencias reales para contar una historia muy cercana a la de muchas mujeres y permite la reflexión sobre la libertad, la sexualidad, la memoria y el amor.  

 

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Estudio-taller sobre Géneros, Violencias y Subjetividades Contemporáneras

Escuela de Psicología - Universidad Nacional

Heredia, Costa Rica

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